nº 16- Los escuché cantar desde la calle.
Los escuché de nuevo. Tras muchos años vuelvo de veraneo a mi pueblo. Una tarde de verano, creo que miércoles, paso justo al lado de un salón parroquial....Estaban allí, cantando con las ventana abiertas. El calor podía más que sus secretos.
Recuerdo el canto: "´Llévame al Cielo, llévame al cielo, es con mucho lo mejor....es con mucho lo mejor....estar contigo,.....estar contigo...."
En segundos pasó por mi mente un balance de mi paso por los Kikos. ¿Mereció la pena? ¿Qué gané? ¿Qué perdí? ¿Qué hice? ¿Qué me hicieron?....pero por encima de todas estas reflexiones sentí con fuerza un sentimiento de agradecimiento, a mi mismo, por encontrarme fuera de ese local, al otro lado del muro, en la calle, paseando en una tarde francamente bonita, con un atardecer fresco.......
Intenté recordar como me destrozaba los sesos años atrás en cada palabra, buscando significados religiosos a todo lo que me ocurría, como me sentía un elegido, un chico distinto a los demás, en un grupo "de verdaderos iluminados" que conocen las esencias puras de la relación con Dios y el porqué de todo lo que ocurría en su existencia.
Ese esfuerzo de recordar como me comía la cabeza llevando la religión neocatecumenal a todo cuanto me ocurría y vivía me hizo sentir un amago de vómito y de cansancio terrible......
....menos mal que estoy fuera de ese túnel donde el aire es tan viciado, tan denso, tan venenoso y adormecedor.
Ahora no me siento un elegido por nadie y para nadie, sólo soy un ser normal. No intento explicarme que quiere decirme Dios ante cualquier vanalidad. La vida fuera es dura, exigente, confusa a veces, cansina, pero todo lo doy por bueno, porque -aunque sufra- experimento una libertad, una vida que tenia hipotecada en manos de quien no quería, que me hace sentir vivo. Comprendo a los hombres, no los juzgo.
Mi vida es dura, es complicada, pero no estoy dentro de ese salón, en el que pasé más de 15 años, del que por su ventana salen voces cantando "´Llévame al Cielo, llévame al cielo, es con mucho lo mejor....es con mucho lo mejor....estar contigo,.....estar contigo....", .............pensé entonces........"ya no estoy dentro, estoy fuera",....respiré hondo un aire fresco, tomé mi existencia en mis brazos, recé una oración muy personal, no como las trilladas a lo "kiko", y me alejé andando y sintiendo tener una gran suerte y alegrándome en lo más profundo de mi corazón por no estar dentro de ese local parroquial......
Las voces fueron diluyéndose en la distancia y con una gran sonrisa solté un sincero suspiro de agradecimiento.
La plenitud de sentirme a salvo de sus manipulaciones fue un regalo que Dios me hizo esa misma tarde.
Recuerdo el canto: "´Llévame al Cielo, llévame al cielo, es con mucho lo mejor....es con mucho lo mejor....estar contigo,.....estar contigo...."
En segundos pasó por mi mente un balance de mi paso por los Kikos. ¿Mereció la pena? ¿Qué gané? ¿Qué perdí? ¿Qué hice? ¿Qué me hicieron?....pero por encima de todas estas reflexiones sentí con fuerza un sentimiento de agradecimiento, a mi mismo, por encontrarme fuera de ese local, al otro lado del muro, en la calle, paseando en una tarde francamente bonita, con un atardecer fresco.......
Intenté recordar como me destrozaba los sesos años atrás en cada palabra, buscando significados religiosos a todo lo que me ocurría, como me sentía un elegido, un chico distinto a los demás, en un grupo "de verdaderos iluminados" que conocen las esencias puras de la relación con Dios y el porqué de todo lo que ocurría en su existencia.
Ese esfuerzo de recordar como me comía la cabeza llevando la religión neocatecumenal a todo cuanto me ocurría y vivía me hizo sentir un amago de vómito y de cansancio terrible......
....menos mal que estoy fuera de ese túnel donde el aire es tan viciado, tan denso, tan venenoso y adormecedor.
Ahora no me siento un elegido por nadie y para nadie, sólo soy un ser normal. No intento explicarme que quiere decirme Dios ante cualquier vanalidad. La vida fuera es dura, exigente, confusa a veces, cansina, pero todo lo doy por bueno, porque -aunque sufra- experimento una libertad, una vida que tenia hipotecada en manos de quien no quería, que me hace sentir vivo. Comprendo a los hombres, no los juzgo.
Mi vida es dura, es complicada, pero no estoy dentro de ese salón, en el que pasé más de 15 años, del que por su ventana salen voces cantando "´Llévame al Cielo, llévame al cielo, es con mucho lo mejor....es con mucho lo mejor....estar contigo,.....estar contigo....", .............pensé entonces........"ya no estoy dentro, estoy fuera",....respiré hondo un aire fresco, tomé mi existencia en mis brazos, recé una oración muy personal, no como las trilladas a lo "kiko", y me alejé andando y sintiendo tener una gran suerte y alegrándome en lo más profundo de mi corazón por no estar dentro de ese local parroquial......
Las voces fueron diluyéndose en la distancia y con una gran sonrisa solté un sincero suspiro de agradecimiento.
La plenitud de sentirme a salvo de sus manipulaciones fue un regalo que Dios me hizo esa misma tarde.