26 de noviembre de 2010

Actitudes a cambiar. Catequistas y responsables.


No se trata de vencer, sino de convencer.


Para que un catequista o un responsable convenza (más que venza) es necesario que tenga carisma y cariño por los demás. Debe de poseer dones de escucha y tener una formación mínima para poder entablar conversaciones con jóvenes sin ningún tipo de miedo a ponerse a prueba a través de un diálogo constructivo y razonado escuchando puntos de vistas distintos al de él.


Debe de ser bueno y sabio, y los sabios son pacientes y sonrientes.


Muchos catequistas son tan inseguros que evitan el conversar, el sano discutir, el dialogar con personas que piensan muy distinto a tí. Su inseguridad acaba amparada bajo un rasgo de soberbia, agresividad o de simpleza moral y religiosa. Se hacen dogmáticos y su último horizonte es refugiarse en frases hechas como "porque yo lo digo", "porque lo dice la Iglesia", "Porque tienes que obedecer y punto".


Suelen destrozar una conversación y la dan por zanjada.


Si encima alguno de estos catequistas son unos chulos consumados, unos creídos, unos soberbios o unos maleducados, acaban haciendo un daño horroroso a las conciencias de sus hermanos, a su autoestima y a la alegría general dentro de la Comunidad.


Muchas personas han acabado fuera de las Comunidades por culpa de estos sujetos. Su amarga experiencia la transporta a sus hermanos y muchos se ven obligados a marcharse.


Como curiosidad, este tipo de personas ante sus catequistas superiores son unos corderitos sumisos, y, como se dice en España, "lameculos", y cuando está de nuevo sin los superiores vuelve como ogro a su madriguera a imponer sus reglas.


Pero no olvidíes que no vale el puño de hierro, sino la sonrisa, la comprensión, el ánimo y el apoyo. Basta ya de machaque contínuo a los jóvenes, de hundirlos bajo dictaduras de infelicidad y sectarismo,.... basta ya de tanto daño, engaño y egoista manipulación.


A los que aún estais en Comunidades, recordad: Elegid siempre como responsables a los que sean buenos y generosos y cuidaros de los catequistas aquí descritos como os debeis cuidar ante las serpientes.


A los que sufrieron va dedicado este Blog.